Esa es la pretensión de los dirigentes de la Asociación Cochabambina de Ciclismo (ACC), que esperan la llegada de un comisario de la UCI para la edición 2014 de la Vuelta a Cochabamba, que debe correrse en octubre, como lo hace de manera habitual desde hace más de dos décadas.
VUELTA A BOLIVIA
Las aspiraciones de Cochabamba surgen una vez que desapareció la Vuelta a Bolivia de Ciclismo, propiciada por el Grupo Fides hasta el año anterior.
Esta era la competencia ciclística más importante de Bolivia, pero el Grupo Fides, liderado por el padre Eduardo Pérez Iribarne, decidió suspenderla debido a falta de financiamiento y apoyo de la empresa privada y pública, como también por el poco interés de la población.
La Vuelta a Bolivia estaba calificada como una competencia 2.2 por la Unión Ciclística Internacional y contaba con por lo menos cinco equipos extranjeros en cada edición, como lo exige la máxima entidad del ciclismo mundial.
A estos se sumaban siete representaciones nacionales, las mejores calificadas de cada año.
ASPIRACIÓN
La Vuelta a Cochabamba de Ciclismo tiene más de 20 años de vigencia y es una de las más tradicionales de Bolivia, pero le falta dar el salto en el contexto internacional con una calificación de 2.2.
Para eso requiere la certificación de un comisario de la UCI, que si todo sale como pretenden los dirigentes locales, se hará presente para la edición 2014 en octubre.
Hasta ahora, pese a los reiterados intentos de la dirigencia, no logró contar con ciclistas del exterior, uno de los requisitos de la UCI para subir su calificación.
La competencia se corre por ahora en cinco etapas, de miércoles a domingo, dos de ellas sobre ruta, dos en el área urbana y una contrarreloj individual, considerada como un prólogo, pero que sirve para la puntuación final.
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