Sobre un recorrido montañoso que incluye cinco finales en alto, una temida jornada de pavés y una única contrarreloj la víspera del final de 54 kilómetros, Froome lucirá el dorsal número uno. Lo hará con pleno derecho, pero su condición no es la misma que hace un año, cuando arrasó en todas las pruebas anteriores. En el Dauphiné dejó algunas dudas, batido claramente por Contador.
Por su parte, el ciclista madrileño ha levantado muchas expectativas. Desde que fue descalificado por dopaje en 2010 no se presentaba con opciones tan claras. ¿Ha vuelto la mejor versión de Contador?. Llega con una brillante tarjeta de presentación: victorias en Tirreno-Adriatico y Vuelta al País Vasco y en el Dauphiné fue segundo, batiendo a Froome y solo por detrás del ganador, el estadounidense Andrew Talansky.
Ambos corredores llegan protegidos por equipos potentes. Mientras Froome ha optado por la veteranía, con hombres de confianza como Richie Porte, el líder del Tinkoff ha perdido a Kreuziger y cuenta con Roche, Rogers y Majka, los tres procedentes del Giro.
La lista de favoritos se amplía con un segundo escalón en el que se encuentran el italiano Vincenzo Nibali (Astana), un ganador de Giro y Vuelta sin consagrarse en el Tour. El "Tiburón" acaba de ganar el Campeonatode Italia, pero parece conformarse con ganar etapas y estar cerca del podio.
Caso semejante es Alejandro Valverde (Movistar), quien a sus 34 años lleva una temporada glorioso. El murciano, jefe único del equipo con la ausencia del colombiano Nairo Quintana, ha perdido el miedo al Tour y llega "como nunca", convencido de tener en las piernas un puesto en el cajón, siempre y cuando no tropiece con la mala suerte, claro.
No se esperan más candidatos a los puestos de honor, si bien siempre merodean los nombres del belga Jurgen van den Broeck (Lotto), el estadounidense Andrew Talansky (Garmin), el polaco Michal Kwiatkowski (Omega) o el holandés Bauke Mollema (Belkin) Aunque la montaña será protagonista habrá etapas para el lucimiento de los esprinters.
Será interesante el duelo entre el británico Mark Cavendish, que juega en casa, y los alemanes Marcel Kittel, André Greipel y John Degennkolb, pero la nómina es amplia en materia de velocidad, con Sagan, Matthew, Bennati, Kristoff y el español José Joaquín Rojas.
Para estos desafíos, el recorrido ofrece 21 etapas repartidas en 3.664 kilómetros. Seis de ellas serán de montaña, con cinco finales en alto; una con pavés, la quinta, que ha metido el miedo en el cuerpo a todo el mundo con 15 kilómetros adoquinados, y una única contrarreloj la víspera de París, el día 27, de 54 kilómetros.
Después de tres jornadas en el Reino Unido el Tour regresará a Francia y tras pasar por lugares emblemáticos de la I Guerrra Mundial la carrera pasara Los Vosgos antes de adentrarse en los Alpes con una décima jornada que llega en alto, a La Planche des Belles Filles, donde Frooome ganó en 2012.
Los Alpes no serán decisivos, pero si lo serán los Pirineos la última semana con tres etapas determinantes, sobre todo en los finales de Pla D'Dadet, con el Peyresourde; y en Hautacam, con el Tourmalet como testigo.
La fiesta empieza en Leeds con una primera etapa en línea que finalizará en Harrogate. Será el inicio del camino británico, por donde han calado las hazañas de Sir Bradley Wiggins y Chris Froome.
El primero no está, pero al segundo se le espera. Al acecho, Alberto Contador, el "nuevo" Contador.
EFE
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