Fue una nueva jornada frustrante para Sagan, que por cuarta vez desde la salida de la carrera en Leeds finalizó en segundo lugar.
Esta vez por culpa del sólido Kristoff, vencedor de la última Milán-San Remo, que le superó en potencia.
El tercer lugar del día fue para el francés Arnaud Demare, que repitió el tercer puesto que ya logró en Lille en la cuarta etapa.
El esprín no tuvo consecuencias para el maillot amarillo de Nibali, que llega a los Alpes, hoy, con dos minutos y 23 segundos de ventaja sobre el australiano Richie Porte y con dos minutos y 47 segundos de margen sobre el español Alejandro Valverde.
"Hoy me he adaptado al calor. Sé cómo hacer tanto con buen o mal tiempo", comentó Nibali.
Kristoff había terminado segundo en Lille (batido por Marcel Kittel) y en Reims (por André Greipel). Pero en Saint-Etienne, sus dos adversarios alemanes no pudieron disputar el esprín. Kittel se vio distanciado en las subidas del final del recorrido y Greipel se cayó cerca a la meta.
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