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lunes, 26 de marzo de 2018

Dharlyn no recuerda nada, vive con fisioterapia y quiere volver a correr

“Lo que quiero es regresar al ciclismo. Estoy esperando que sane mi pierna. Es la que está operada. Que me den de alta de eso y, de una vez, empiezo a trotar”. La pasión jamás se va ni se deja confundir por los pasillos grises de la amnesia.

Es verdad. Dharlyn cambió. Debió dejar a un lado la bicicleta y ponerle una pausa a lo que más ama luego del accidente que sufrió hace exactamente un mes (el 26 de febrero). La muchacha, de 26 años, no recuerda nada de lo que sucedió cuando fue atropellada en la ruta Oruro-Poopó durante uno de sus entrenamientos, pensando en los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018. Sin embargo, no olvida que la columna vertebral de su vida se ha mantenido siempre hecha por el pedal.

Estuvo inconsciente entre pajonales, hasta que la auxiliaron. Múltiples cirugías (una de ellas en la cadera), secuelas en la cabeza, tres sesiones de fisioterapia a diario, rehabilitación en el agua y controles neurológicos cada semana son algunas de las consecuencias.

La campeona nacional de MTB se traslada momentáneamente en silla de ruedas. Siempre se encuentra acompañada por su padre o alguno de sus hermanos, se tiende a irritar con facilidad y hace intentos para armar el “puzzle” de aquella jornada.

Cristóbal, padre de la ciclista, confiesa que la “pesadilla” al fin acabó. Quedaron atrás esos días en los que todos los integrantes de la familia se habían instalado en el hospital, velando el sueño de la muchacha, en aquel entonces, en terapia intensiva. No obstante, el proceso de recuperación empieza. Recibió el alta médica hace poco más de una semana, mismo tiempo en el que se encuentra en casa. Cada día se somete a tres sesiones de fisioterapia. Usa su silla para moverse con la ayuda de alguien. Luego de almorzar e ir al baño se dirige a su cama para reposar. El acontecer diario no suele tener variaciones, excepto cuando le toca rehabilitación en la piscina.

“Desayuno, después me subo a mi silla y paseo por mi casa. Almuerzo, voy otra vez a la cama y luego a la silla. El que siempre está pendiente es mi papá, aunque mis hermanos también”, le cuenta a EL LÍDER.

Bajó algo más de 15 kilogramos desde que fue internada. Ahora, la tarea es que los recupere. Al parecer, no resulta muy complicado el plan trazado por los Bustos, pues la ciclista come muy bien. “Lo que más me gusta es el pique, pero cocinado por mi mamá”.

Los Bustos tienen fe en que su salud vuelva a ser la de antes. Ello demorará, según los doctores, que alertaron sobre la naturalidad de las rabietas.

“Rápido se enoja, pero el médico dice que eso es normal. Pedimos a Dios que todo se revierta”, ansía Cristóbal, un hombre también ligado al deporte (ha sido ciclista durante 30 años).

En un mes, la familia gastó más de 70 mil bolivianos en la internación y el tratamiento. “Somos una familia que trabaja de 15 a 16 horas al día para subsistir. No somos empresarios”, recalca el papá de la orureña, que había clasificado a los Juegos en dos especialidades.



AL SERVICIO DEL PAÍS Cristóbal aclara. Hasta el momento, no recibió ayuda económica por parte de las autoridades estatales. Sí reconoció que el ministro de Deportes, Tito Montaño, se presentó en la clínica cuando Dharlyn estaba internada. Ello fue tomado como un buen gesto por los Bustos. “Nos levantó bastante la moral. También lo hicieron otras autoridades de Oruro, como el Comandante Departamental de la Policía. Él siempre llama, viene y trae flores. Nos anima”.

Lo que “exige” es que el Estado se haga presente en el caso. “Estuvo al servicio del país”, señala, en alusión al hecho de que, en 2017, Dharlyn ha competido en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, viajó a la concentración en China y también corrió en Perú, entre otras cosas.

“Exijo que el Estado, mediante el Ministerio de Deportes, ayude a Dharlyn Bustos. Ella dejó de estudiar y de trabajar para entrenar. Que colabore hasta el total restablecimiento de mi hija”.

Ella no renuncia a su pasión, aunque comienza a asimilar que no podrá pedalear en los Juegos de mayo. “Lo que estoy viendo y lo que quiero es regresar al ciclismo. Estoy esperando que sane mi pierna. Es la que está operada. Que me den de alta y, de una vez, empiezo a trotar. Me acuerdo que entrenaba. Es triste para mí no estar en los Juegos, pero lo haré alentando a mis compañeros”.

Es cierto. Hay una nube en su mente que no le permite recordar el accidente, pero no es tan grande como para tapar su pasión por la sensación de la brisa en su rostro cuando corre. Y lo volverá a hacer. Le pone su firma.



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