martes, 18 de septiembre de 2012

Hamilton, revelaciones

Tyler Hamilton tiene 41 años y su historia es una de las muchas y alargadas sombras que se ciernen sobre el mundo del ciclismo: de estrella del pelotón a condenado en la Operación Puerto y protagonista de un segundo positivo cuando volvió tras su sanción en el particular equipo Rock Racing, que acogió a numerosos ciclistas con antecedentes por dopaje.
Tyler Hamilton brilló como jefe de filas en CSC y Phonak pero antes fue uno de los gregarios más destacados de Lance Armstrong, al que ayudó a ganar sus dos primeros Tours (1999 y 2000). Ahora el de Massachusetts vuelve al primer plano con un libro, La carrera secreta, en el que desgrana su relación con el dopaje, los métodos que eran de uso común en el pelotón y en el equipo US Postal... de Lance Armstrong.
Hamilton deja claro en el libro que al final la competición era entre iguales ya que el dopaje estaba implantado en todo el pelotón y viajaba siempre con ventaja con respecto a las leyes y los controles y sistemas de detección. El propio Hamilton y Armstrong contaban con un motorista, apodado Motoman, al que contrataban para transportar la EPO que consumían.
El libro cuenta cómo los métodos de dopaje se iban adaptando a las nuevas leyes y los nuevos controles y como los corredores del US Postal, realizaban viajes a España para extraerse la sangre que después se inyectaban en plena competición. Pero mientras los sistemas se hacían más sofisticados, la masificación jugaba malas pasadas a los corredores y al propio Eufemiano Fuentes: el positivo de Hamilton en 2004 se debió a que Fuentes le entregó la bolsa de EPO que era de otro corredor.



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