Nunca dejó la bici, “se bajaba de una para subir en otra”, recordó el compañero de deportes, que destacó el trabajo que Martínez realizó durante su vida.
Estuvo sobre las dos ruedas hasta los últimos días. Compitió en pruebas departamentales en el velódromo de Alto Irpavi hasta este año y de a poco se fue alejando de ellas.
Los hermanos Martínez, reunidos ayer en la funeraria.
Foto: Carla Gonzales
Fue un ejemplo para los suyos y su familia. Sus hijos Claus, Cid y Benjamín siguieron sus pasos, compitieron en varios eventos y siguieron los pasos de su padre al representar a Bolivia en varios eventos en el exterior.
“Siempre pidió que no se abandone a los chicos. Estaba seguro que con mucho trabajo nadie nos ganaría acá”, dijo Rivera.
Rubén Martínez comenzó en el ciclismo una corta edad, a sus cinco años, y a sus 12 ya había ganado su primera competencia, fue una prueba escolar en la ciudad de Oruro.
En los años 50 ya estaba entre los deportistas más destacados de nuestro medio, se codeaba con figuras importantes como Luján, Gareca y Tobar a quienes logró vencer y ocupaba los primeros sitiales en el ranking nacional.
En esa temporada fue llamado a integrar el equipo nacional que compitió en Argentina, disputó un evento denominado las Mil Millas Argentinas.
Los recuerdos del ciclista que marcó historia.
Foto: Carla Gonzales
Luego tuvo que abandonar el país por motivos de estudio, viajó a Inglaterra con una beca, allá se tituló como ingeniero de minas. Luego de conseguir su título se quedó a trabajar en Europa y algunos países del continente, por lo que su retorno a Bolivia se retrasó.
Fue parte del equipo nacional que compitió en los Juegos Bolivarianos de 1978 y desde entonces no paró de ganar.
“Tiene dos récords mundiales en el velódromo de Alto Irpavi. Uno en la prueba de los 200 metros de velocidad y los 2.000 metros, ambos los rompió en mayo de 2007, siguen vigentes”, relató Rivera.
“Es el recordman de la hora. En 60 minutos dio 42 vueltas al velódromo, eso fue en 1989, algo que nadie pudo superar”, añadió.
Ayer la familia y amigos del deportista se reunieron para cremar los restos mortales y este fin de semana se hará realidad su último deseo, sus cenizas serán exparcidas en el velódromo paceño, donde pasó grandes momentos sobre una bicicleta.
La Federación Boliviana de Ciclismo (FBC) también declaró duelo nacional por el deceso de Martínez, habrá un minuto de silencio en cada uno de los eventos nacionales y se llevará un crespón negro.
“Se fue un grande, un amante del ciclismo que trabajó duro para formar campeones y representar al país”, concluyó Rivera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario