Con saltos de más de cinco metros que despertaron los aplausos de la gente, más de una treintena de pedalistas dieron un espectáculo en el cerro Churuquella, en ocasión de la Copa Bolivia de Ciclismo, en la especialidad de descenso.
Mantener la estabilidad en un terreno de tierra y piedras, pedalear en el momento preciso y animarse a volar por los aires con la bicicleta, hicieron que los participantes del certamen nacional acabaran la competencia como ganadores, sin importar el puesto obtenido en la planilla oficial.
No es fácil, porque además de las habilidades con la bicicleta, hace falta mucho valor. Y ayer se demostró eso cuando varios competidores se desestabilizaron y sufrieron caídas, insuficientes para dejarlos fuera de la carrera. Se paraban y continuaban.
No importó la edad. Niños, jóvenes y adultos se inscribieron al nacional y cumplieron con el reto de pedalear cuesta abajo por uno de los cerros emblemáticos de Sucre.
Esa fortaleza y convicción fueron reconocidas por la gente amante de este deporte y que se apostó a lo largo del circuito adaptado en el Churuquella.
“Ha salido un éxito, es una pista exigente”, manifestó Juan Pablo Mita, organizador del campeonato y responsable de la especialidad de bicimontaña en la Asociación Municipal de Ciclismo.
En cuanto a la Copa como tal, el dirigente informó que participaron 38 corredores de La Paz, Potosí, Cochabamba, Camiri y Sucre.
Sucre se quedó con el título en tres de las seis categorías habilitadas. Cochabamba, Potosí y La Paz se repartieron los otros premios.
Los campeones locales fueron Isaac Espada (Sub 23), Jorge Luis Chirinos (Master) y Branko Cano (Sub 17). También subió al podio Estiven Caero, segundo en la categoría Élite.
La Copa Bolivia en Sucre fue la primera competencia nacional de descenso en el año y sirvió para que los pilotos del país agarren ritmo de cara al Campeonato de La Paz, que en agosto repartirá plazas para el Panamericano de Brasil, en 2020. “Nos ha servido para prepararnos”, concluyó Mita.
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