Barguil fue el más poderoso en la escapada multitudinaria del día. Se metió en ella, esperó el momento y se marchó solo a falta de 10 kilómetros de meta. No esperaba que lo alcanzara Urán a un kilómetro de la pancarta. Pero no se puso nervioso. Ahorró unas pocas energías y remató al colombiano por centímetros.
De nuevo en el podio, donde se cruzó con Vincenzo Nibali (Astana). El italiano pasó un momento de miseria y cedió unos segundos que animan la Vuelta. Sólo perdió 28 con Purito Rodríguez, 25 con Valverde y 22 con Horner, pero esa debilidad final pone en duda la garantía de su prenda roja. Es humano y esperan etapas peliagudas.
La decimosexta etapa entre Graus y la Estación de Formigal, la tercera y última en Pirineos, era corta, de 146 kilómetros, y en principio mucho más suave que las dos anteriores. Pero la gente anda cansada, y eso se reflejó en la carretera. Tarde, pero con un interesante final que implicó a los “gallos” de la general”.
Mientras Barguil construía su nueva hazaña, empezó la pelea en el grupo del líder. Caruso, compañero de Purito, tensó el ritmo a 3 de meta. Después Valverde salió al combate con un tímido ataque que no fue a ninguna parte. Pero Nibali no respondió como en otras ocasiones y alguien tomó nota.
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