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lunes, 22 de febrero de 2016

cochabamba El velódromo que nunca se inauguró será derribado

El velódromo Edgar Cueto, ubicado en el parque Mariscal Santa Cruz, nunca terminó de construirse y tuvo que ser utilizado por primera vez en los Juegos Bolivarianos de 1993, sin haber sido incluso inaugurado oficialmente por las autoridades y dirigentes que impulsaron la obra en Cochabamba.

Las actuales autoridades de la Gobernación de Cochabamba, la Comisión Organizadora de los Juegos Odesur y la dirigencia de la Federación Boliviana de Ciclismo (FBC) confirmaron que se debe derrumbar la infraestructura deportiva para construir un nuevo velódromo que responda a las exigencias normativas internacionales, rumbo al certamen internacional de 2018.

“En 1994, yo me hice cargo de la Asociación de Ciclismo Cochabamba (ADCC) y encontramos una infraestructura pésima. Se entregó un velódromo mal construido”, recuerda Edgar Herrera, presidente de la FBC.

El velódromo, que se construyó con recursos departamentales (Jaime de Ugarte, prefecto de Cochabamba) y del Gobierno central (Jaime Paz Zamora, presidente de Bolivia), ha sido emplazado “al revés” ocasionando accidentes en los ciclistas. Además, se adquirió un tablero electrónico que no funcionaba y no estaba homologado.

“El velódromo está construido al revés. Las graderías están en el lado este y debería estar en el oeste; los ingresos para los vehículos, como las ambulancias, tienen que estar en la parte norte y no en la sur. Definitivamente, necesitamos un nuevo velódromo”, comenta Herrera.

En la parte oeste de la actual obra emblema de La Chimba, hay hundimiento de la pista, las juntas de diltación en las curvas están separadas y en cada torneo que se desarrolla, habilitan dos ambulancias por precaución ante posibles accidentes.

El Edgar Cueto, nombre con el que se bautizó al velódromo valluno como reconocimiento al ciclista cochabambino batió récord en los Bolivarianos de 1977 (La Paz), no puede ser utilizado para los Juegos de 2018 porque la pista no es de 8 metros de ancho, la superficie es de cemento y no de madera en rodadura, tiene una longitud de 333 metros y no 250 y, claro, no está techado.

El gobernador de Cochabamba, Iván Canelas, informó que se construirá un nuevo escenario para el ciclismo de pista. “Reestructuraremos completamente el estadio Félix Capriles, tenemos que construir un nuevo velódromo y debemos refaccionar varios coliseos”, dijo la autoridad tras haberse inaugurado hace una semana la primera cancha de hockey con césped sintético en el estadio de Cala Cala.

La construcción del nuevo velódromo para Odesur 2018 costará aproximadamente 6 millones de dólares, según calcula Jashir Enríquez Michel, responsable de infraestructura y planificación de la Comisión Organizadora de los Juegos Suramericanos (Codesur).

De acuerdo a lo planificado, en agosto tendrán listo el proyecto a diseño final, luego vendrá la inscripción al Programa Operativo Anual de la Gobernación. Posteriormente realizarán la licitación pública y finalmente, en enero de 2017, iniciarán la construcción, que durará unos 365 días.

HISTORIA La historia del velódromo Edgar Cueto se remonta a la década de 1980. Los ciclistas cochabambinos siempre conquistaban títulos y trofeos tanto en Cochabamba como en el interior del país.

A partir de ello, las autoridades deportivas iniciaron la búsqueda de financiamiento y un lugar donde emplazar la obra. Se barajaron los terrenos de ex Toyocar, otro en la zona de Sarco y finalmente se definió en el parque Mariscal Santa Cruz.

El Edgar Cueto costó $us 920 mil
MIGUEL GARCÍA A.

El velódromo Edgar Cueto, ubicado en el parque Mariscal Santa Cruz, costó 920.000 dólares, según confirma Jaime Maceda, presidente de obras deportivas de la Secretaría de Deportes del Gobierno central en 1993, liderado por el presidente Jaime Paz Zamora.

La Unidad de Obras Deportivas dependía directamente de la Presidencia de la República. Entonces, los técnicos elaboraron el proyecto a diseño final, el pliego de especificaciones y licitaron la construcción de la obra por un valor de 1 millón 350 mil dólares.

“El criterio en ese entonces era adjudicar las obras a la empresa que ofrecía sus servicios por el menor precio. De esa manera, se adjudicó la empresa Transandina por 920.000 dólares”, cuenta el presidente de las obras deportivas para los Juegos Bolivarianos de 1993.

Maceda comenta que en la Secretaría General de Deportes estaba el periodista deportivo Alfonso Toto Arévalo y el prefecto de Cochabamba era Jaime de Ugarte.

“Ya en el proceso de construcción, como fiscalizadores de la obra, hicimos las observaciones necesarias a la empresa constructora. Lamentablemente, no hicieron caso y tuvimos que rescindir el contrato”, cuenta.

Por la urgencia de contar con el nuevo velódromo para los Bolivarianos de 1993, las autoridades deportivas le pidieron a Transandina que habilite la pista y algunas obras complementarias. “Tuvimos que rescindir el contrato y solo se llegó a pagarles unos 450 mil dólares. No el total por el que se adjudicaron”, dijo Maceda.

Para el uso del velódromo, llegó una comisión de la Unión Internacional de Ciclistas (UCI), compuesta por directivos cubanos, quienes homologaron el escenario.

Sobre la demolición o no del velódromo Edgar Cueto, Maceda asegura que las autoridades deben hacer un diagnóstico completo. “Si bien no se concluyó la obra, las autoridades posteriores a ello tampoco hicieron algo para terminarla. Tendrían que tener argumentos sólidos y razones técnicas para que puedan demoler la infraestructura”, dice.

Maceda concluye asegurando que la construcción del velódromo “fue hecha sin corrupción”.


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