Ver flaquear a Nibali camino en el ascenso a Formigal delató al “Tiburón de Mesina”. No es un líder de acero y “la roja” se le puede convertir en una mochila cargada de piedras. Le puso en evidencia Purito Rodríguez, que despertó de su letargo. Y se aprovecharon Valverde, que no remató la ocasión, y Horner, que va en serio y tiene la oportunidad de su vida.
Si, la Vuelta es cosa de cuatro. Y ellos se la van a jugar en las montañas de Cantabria y Asturias, sobre todo en el temible Angliru, el sábado, la víspera de la clausura en Madrid. Un póker de candidatos. A esa conclusión ha llegado la Vuelta después de tres semanas de carrera.
Nibali y Horner se han mostrado superiores a los demás, sin avasallar, y la separación entre ambos es de solo 28 segundos.
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