Acompañando en el podio a Horner, que nació el 23 de octubre de 1971, se clasificaron dos excampeones de la Vuelta: el italiano Vincenzo Nibali (Astana), a 37 segundos del triunfador (vencedor de la carrera en 2010), y el español Alejandro Valverde (Movistar),a 1:36 (ganador en 2009).
La 21ª y última etapa fue para el australiano Michael Mathews (Orica) que se impuso en una llegada masiva en Madrid, por delante del estadounidense Tyler Farrar (Garmin) y del alemán Nikias Arndt (Argos).
A sus casi 42 años, Horner se convierte en el ganador de mayor edad en ganar una gran vuelta por etapas (Tour de Francia, Giro de Italia o Vuelta a España), superando al belga Firmin Lambot, que venció en la ronda francesa en 1922 con 36 años.
Además de la victoria final, Horner, que se mostró como el ciclista más fuerte de cuantos participaron en la presente edición de la Vuelta, ganó dos etapas, la 3ª (con final en Villagarcía de Arousa) y la 10ª (con final en el Alto de Hazallanas).
"Me he enfrentado a grandes ciclistas y más jóvenes como Nibali, Valverde y Joaquim Rodríguez, Han hecho una gran Vuelta por lo que para mí es un momento histórico que quizá no vuelva a repetirse", aseguró Horner tras sentenciar su triunfo el sábado en el Alto del Angliru.
Horner, además, se convierte en el primer ciclista norteamericano en ganar la Vuelta a España. "Esto me hace sentirme muy orgulloso de mi trabajo y, por encima de todo, de mis compañeros", aseguró.
Tras recorrer los 3.358,9 kilómetros de la Vuelta, el triunfo de Horner comenzó a fraguarse en la tercera etapa, con final en el Mirador de Loureira, en Villagarcía de Arousa.
Ese día, el para muchos desconocido Horner (su mejor resultado había sido un 9º puesto en el Tour-2010) ganó la etapa con tres segundos de ventaja sobre los grandes favoritos y se enfundó por primera vez el maillot rojo de líder, aunque al día siguiente lo perdió a favor de Nibali.
Tras su segundo triunfo de etapa, en la 10ª que acabó en el Alto de Hazallanas, Horner recuperó el maillot rojo, pero volvió a cederlo un día después a Nibali.
El corredor italiano parecía entonces el más fuerte de la carrera y parecía posible que el último ganador del Giro lograse también la victoria en la Vuelta en el mismo año.
Sin embargo, las tres últimas etapas en las montañas de Cantabria y Asturias fueron demasiado para él, que día a día mostraba más síntomas de debilidad, todo lo contrario que Horner.
En el alto de Peña Cabarga, el jueves, el estadounidense volvió a superar a sus rivales, pero Nibali salvó el maillot rojo por sólo tres segundos.
Al día siguiente, en el Alto del Naranco, Horner le devolvió la moneda y se colocó líder con tras segundos de ventaja sobre Nibali y con la etapa decisiva del Angliru en la víspera de la llegada a Madrid.
En el mítico puerto asturiano, con rampas de más del 23% de pendiente, el italiano y el estadounidense ofrecieron un duelo legendario, con innumerables ataques del primero, hasta que se desfondó y Horner lo aprovechó para sentenciar la carrera.
"Creo que he competido bien desde la priemera etapa. Fue una vuelta muy difícil, pero creo que honré el maillot rojo", declaró Nibali tras cruzar la meta de Madrid y después de haber vestido la preciada prenda en 13 de las 21 jornadas.
Nibali admitió que quizá subestimó a Horner y que por ello "a lo mejor nuestra estrategia no fue la correcta".
Horner también se ha adjudicado la clasificación de la combinada, mientras que Valverde ganó el maillot verde de la regularidad y el francés Nicolas Edet el maillot de lunares como mejor escalador.
Finalmente, la clasificación por equipos la ganó el Euskaltel-Euskadi.
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