Nibali entrando a la meta.
El italiano Vicenzo Nibali (Astana) ganó ayer en solitario una penúltima etapa del Giro de Italia 'descafeinada' por la nieve y el frío, que le pusieron una alfombra rosa hacia lo más alto del podio de una carrera en la que ya fue segundo y tercero en otras ediciones.
Los 210 kilómetros entre Silandro y el mítico monte de las Tres Cimas de Lavaredo, una etapa considerada clave en este Giro, se convirtieron en una jornada 'normal' por las adversas condiciones climatológicas.
En la víspera, los organizadores se vieron obligados, por la nieve, a variar el trazado y suprimir los altos Costalunga (2a.), San Pellegrino (2a) y Giau (1a.).
Vicenzo Nibali dejó claro que se encuentra en un momento dorado de forma y, lejos de seguir el ritmo que debían marcar sus rivales más directos, no dudó en asumir la responsabilidad de la carrera y marcar la pauta a seguir.
Nibali invirtió en el viaje 5 horas, 27 minutos y 41 segundos, 17 segundos menos que el colombiano Fabio Duarte (Colombia).
La clasificación general sigue con Nibali al frente, seguido ahora de Rigoberto Duran a 4:43 y Cadel Evans a 5:53 minutos, diferencias que, salvo un accidente, son más que suficientes para que el italiano termine en lo más alto del podio en Brescia.
La última jornada unirá, si el frío y la nieve no lo impiden, Riese Pío X y Brescia, con un recorrido de 199 kilómetros principalmente llanos.
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