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lunes, 21 de abril de 2014

Ciclismo boliviano queda en la orfandad

Después de seis años de vida en los que se constituyó en referente del ciclismo y el deporte nacional, llegó a su fin la Vuelta a Bolivia de Ciclismo.

La noticia de la extinción del gran emprendimiento deportivo del Grupo Fides, cayó como un balde de agua fría entre los ciclistas en particular y los deportistas en general. Concluían nada menos que seis años de la historia más grande del ciclismo boliviano.

Aníbal Mollinedo, funcionario del Grupo Fides y responsable de la Vuelta a Bolivia fue el encargado de dar a conocer la ingrata información.

Los dos motivos principales: escaso apoyo económico de empresas privadas y estatales, y la indiferencia de la población en general, que retaceó su presencia en las rutas.

Pese a este detalle, la Vuelta llegó a unir mediante el ciclismo hasta a cinco departamentos del país.

CUESTIÓN DE FE

Aunque la primera Vuelta a Bolivia de Ciclismo se corrió en 2007, la relación del Grupo Fides con el deporte del pedal se remonta a 1994, cuando se lleva a cabo la primera Doble Copacabana, con 282 kilómetros de recorrido y cuatro etapas.

Después de 13 exitosas ediciones consecutivas la competencia llega a su fin con un ganador boliviano: Óscar Soliz, integrante del equipo colombiano EBSA.

La huella ya estaba hecha y años de competencias consecutivas dejaron fértil el campo para echar la semilla de la Vuelta a Bolivia.

La primera edición se corrió en 2008, el ganador fue el colombiano Fernando Camargo, del equipo Boyacá, un año después lo hizo su compatriota Gregorio Ladino, con Tecos de México.

En 2010, Óscar Soliz consiguió el título para Bolivia con EBSA de Colombia, Juan Cotumba nuevamente inscribió el nombre del país en 2011.

En 2012, Román Maky se alzó con la corona. El nombre del colombiano Salvador Moreno quedará para la historia porque es el ganador de la Vuelta a Bolivia 2013, la última de la exitosa zaga del Grupo Fides.

Parece fácil la empresa cuando se la resume de esta manera y corto el tiempo transcurrido, pero la realidad es que la Vuelta a Bolivia se constituyó en un esfuerzo titánico en la parte organizativa, logística y, sobre todo económica.

Por ejemplo, la Vuelta a Bolivia 2013 demandó una inversión de 350.000 dólares, 2,5 millones de bolivianos, aproximadamente, una carga demasiado pesada para un deporte que no es tan popular como el fútbol, por ejemplo, que obtiene dinero fresco directo en cada compromiso de la Liga. La inversión en el ciclismo no tiene retorno.

Y con esta certeza, no quedan argumentos para refutar el principal motivo que llevó al Grupo Fides a dar por finalizada la Vuelta a Bolivia.

OPINIONES

Horacio Gallardo. Ciclista tarijeño

Ningún deportista se alegra de la desaparición de la Vuelta a Bolivia, pero esto debe servir para que las vueltas departamentales que son nacionales crezcan más. Es una lástima quedarnos sin una competencia tan importante para el país”.

Piter Campero. Ciclista cochabambino

Ojalá que alguna empresa o el Gobierno tomen la iniciativa de organizar una Vuelta a Bolivia. Los niños sueñan con correr esta prueba, se debe pensar en las futuras generaciones, no sólo en las actuales que ahora no contamos con esta carrera”.

Víctor H. Tarqui. Ciclista sucrense

Para quienes practicamos el ciclismo al 100 por ciento, el fin de la Vuelta a Bolivia es un golpe muy duro, que no lo esperábamos. Me sumo al pedido de que el Gobierno nacional o alguien más tome la posta y organice una competencia similar”.



EDUARDO PÉREZ

El gran impulsor del ciclismo

Eduardo Pérez Iribarne, sacerdote jesuita, periodista, director del Grupo Fides, es el soñador y creador de la Vuelta a Bolivia de Ciclismo, a partir de la Doble Copacabana. Este medio trató vanamente de concretar una entrevista presencial y tampoco obtuvo respuesta a un cuestionario enviado a un correo electrónico indicado por la secretaria personal del padre Pérez.

En declaraciones proporcionadas a otros medios, al concluir la Vuelta a Bolivia 2013, el sacerdote puso en duda la realización de la competencia este año. ¿Vale la pena gastar tanto?, sostuvo Pérez Iribarne en aquella oportunidad, para hacer notar la indiferencia de la gente y el mal estado de las carreteras del país.



ESTABA EN EL CALENDARIO DE LA UCI

La Vuelta a Bolivia de Ciclismo formaba parte del calendario oficial de la Unión Ciclística Internacional (UCI), el organismo rector a nivel mundial. Este es uno de los principales logros del Grupo Fides inscribir el nombre de Bolivia en la élite del deporte internacional. La UCI catalogó la Vuelta como una competencia 2.2, una calificación alta comparable por ejemplo a la Vuelta a San Luis, de Argentina, que significa la presencia de equipos extranjeros. La UCI supervisó la prueba y realizó el control antidoping reglamentario. Lograr el reconocimiento de la UCI no fue una tarea sencilla, demandó tiempo y gestiones.

En octubre de cada año, los siete mejores equipos nacionales calificaban para participar en la Vuelta, de acuerdo al ranking oficial de la Federación Boliviana de Ciclismo (FBC).

A estos se sumaba un número igual o mayor de equipos del exterior, entre ellos los colombianos, los más cotizados del ciclismo sudamericano.

La Vuelta también generó un gran movimiento económico con la utilización de medios masivos de transporte aéreo y terrestre, además, ocupación de establecimientos hoteleros en por lo menos cuatro ciudades, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Oruro.

No existen cifras estadísticas comparativas respecto del movimiento económico, pero lo evidente es que en noviembre se sentirá un gran vacío deportivo y económico.



VUELTA AL SUR QUIERE TOMAR LA POSTA

En agosto de 2013, el boliviano Óscar Soliz ganó la primera edición de la Vuelta al Sur de Ciclismo Sucre-Potosí, una competencia de tiene calificación 2.2 reconocida por la UCI. Por directa consecuencia, ésta es (o debería ser) la reemplazante natural de la Vuelta a Bolivia. Gualberto Escobar, presidente de la Federación Boliviana de Ciclismo (FBC) afirmó que el deporte de alto nivel seguirá vivo en el país y que la Vuelta al Sur nació con la perspectiva de que Bolivia continúe en el calendario del ciclismo internacional, como pasó con la Vuelta que organizó el Grupo Fides y que concluyó de manera abrupta.

En su primera edición, la Vuelta al Sur se disputó en cinco etapas, mismo número de días, sobre la carretera asfaltada que une Sucre y Potosí. Participaron 20 equipos, de los que concluyeron once, de estos, casi el 50 por ciento corresponde a planteles del exterior del país.

Además de Soliz, que ahora es parte del equipo Movistar de Colombia, participaron figuras de renombre como el cochabambino Piter Campero, que resultó tercero, el colombiano Edson Calderón, su compatriota Daniel Durango y los peruanos Ryoner Navarro y Alonso Garnero, por citar algunos.

Tomando en cuenta el exitoso comienzo del proyecto ciclístico, la UCI dio el visto bueno para que en agosto de este año se lleve a cabo la segunda versión de la Vuelta al Sur, la única prueba 2.2 con que cuenta Bolivia.

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