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martes, 23 de julio de 2013

La leyenda del keniano blanco

Este maillot es el final de un viaje maravilloso", comentaba Chris Froome antes de llegar a París y conquistar su primer Tour de Francia, el primero de un corredor nacido en África. La historia del corredor del Sky empieza lejos, muy lejos del país galo. Fue en Kenia donde nació la leyenda y el ciclista llamado, quizás, a marcar una época.

Africano de nacimiento. Froome vino al mundo el 20 de mayo de 1985 en Nairobi. El corredor, de sangre inglesa, nació en el seno de una familia de Brighton. Su padre trabajaba organizando safaris para turistas y ya siendo un niño empezó a divertirse con una bicicleta de montaña, algo que suponía todo un lujo en el país africano. "Simplemente tuve la suerte de poder tener una cuando era pequeño. Es algo que ningún keniano puede regalar a sus hijos", comentaba hace unos años.

La 'bici', su medio de transporte. "La 'bici' fue mi primer medio de transporte. Fuera adonde fuera, iba en 'bici'", explicaba el ciclista. Con 12 años su madre lo llevó a la primera carrera organizada y allí conoció a David Kinjah, que después se convertiría en su primer mentor. Hasta entonces, el mundo de las dos ruedas eran tan solo un divertimento para él, pero la cosa empezó a ponerse más seria cuando, a los 14 años, su familia decidió irse a vivir a Sudáfrica. Fue allí donde su afición pronto se convertiría en su forma de vivir. Llamó la atención en el Tour de Cape Town y entonces le salió la primera gran oportunidad de su vida cuando fichó por Barloworld.

Su primer contrato. Fue una decisión que apenas le costó tomar. Antes de ese primer contrato corría en las filas de Konica Minolta y estudiaba economía pero, poco antes de licenciarse, decidió dejarlo todo y embarcarse en esta nueva etapa de su corta carrera. El cambio fue drástico. Tuvo que dejar el país africano para irse a vivir a Italia para luego instalarse en Londres donde, en 2008, consiguió el pasaporte británico.

Su primer grande. Ese mismo año, y después de sufrir la muerte de su madre semanas antes, debutó corrió su primera grande, el Tour de Francia, donde tenía la misión de hacer las veces de gregario de Mauricio Soler. Su forma de escalar y de defenderse en la lucha contra el crono no pasaron desapercibidos. Tampoco sus orígenes. De hecho, el apodo de "el keniano blanco" surgió cuando el "speaker" de la Amstel Gold Race le llamó así en la presentación de la carrera.

Fichaje en Sky. Y fue en 2010 cuando dio uno de los saltos más importante de su vida cuando fichó por el recién fundado equipo Sky. Ellos sabían muy bien lo que acaban de fichar y ya por entonces comentaron: "Tenemos un diamante en bruto al que hay que dar forma y pulir". El estadounidense Bobby Julich fue el encargado de ser su entrenador. En 2010 llegó su primer triunfo con el segundo puesto en el campeonato de Reino Unido de contrarreloj, pero eso solo era el principio. Fue en la siguiente temporada cuando su nombre tomó una dimensión mucho más universal. La Vuelta fue la única Grande que preparó y lo hizo como gregario de Wiggins, pero su excelente rendimiento en la contrarreloj de Salamanca, donde se vistió de líder, y la victoria en la etapa de Peña Cabarga le dieron los galones del equipo. Terminó segundo por detrás de Juanjo Cobo. "En la Vuelta 2011 supe que podría ganar el Tour", declaraba antes de subir a lo más alto de París. Después de Francia se colgó la medalla de bronce en la prueba contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Londres y tanto esfuerzo lo acusó en la Vuelta, donde tuvo que rendirse a la superioridad de los españoles con Contador a la cabeza. Quedó cuarto pero dando la sensación de que la próxima gran carrera no se le escaparía. Sin prisa pero sin pausa, el ciclista cimentó su primer Tour de Francia con una temporada redonda donde ha ganado el Tour de Omán, la etapa reina de la Tirreno-Adriático, el Critérium Internacional, el Tour de Romandía y el Dauphiné. Pequeñas grandes piedras en un camino que ha culminado en París, donde ha impuesto una hegemonía que será complicada de derrocar. La leyenda del keniano blanco continúa.

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