Separados por 11 segundos, Wiggins y Nibali protagonizarán un duelo directo en pugna por el maillot rojo que luce en las espaldas del británico Christopher Froome. Ambos corredores han sido los mejor parados después de los finales en alto en Sierra Nevada y La Covatilla, de los muros de Valdepeñas de Jaén y El Escorial y la cronometrada de Salamanca.
Pero no serán los únicos candidatos, pues hay corredores obligados a remontar y que se niegan a tirar la toalla, como son los casos de Purito Rodríguez y Denis Menchov. El español, a pesar de tener un retraso de 3 minutos respecto a sus rivales directos, se ve "más cerca del podio que el año pasado" y está dispuesto a vender cara la derrota.
El ruso, siempre frío y calculador, tampoco se rinde, aunque no ha dado le medida de sus posibilidades. Junto a Purito está llamado a dinamitar la Vuelta. No le queda otra opción con un retraso de 2 minutos.
Nibali puede mostrar momentos débiles, pero rara vez se hunde, siempre está "ahí". Es un corredor de destila regularidad, que ha visitado el podio del Giro dos veces y el año pasado se coronó en Madrid. Además cuenta con un potente equipo, hecho vital ante etapas complicadas.
Por su parte, Wiggins no sacó petróleo en su terreno, la contrarreloj, pero sin embargo sorprendió en La Covatilla. Campeón mundial y olímpico en pista es un corredor que cotiza al alza en la montaña, donde, a pesar de todo, debe sufrir en los puertos. Su rendimiento en los puertos es una incógnita por despejar. (EFE)
No hay comentarios:
Publicar un comentario