Metros finales que se le hicieron eternos al luxemburgués, que pagó el esfuerzo realizado en los últimos seis kilómetros, en los que el mayor de los hermanos Schleck, dinamitó la prueba con un demoledor ataque al que no pudieron responder ninguno de los favoritos.
Una terna en la que ya no figuraba el hasta ayer líder, el corredor eslovaco del Liquigas, Peter Sagan, que se descolgó de la cabeza de carrera a 12 kilómetros de la conclusión de la etapa, una larguísima jornada de 218 kilómetros con salida en la localidad italiana de Verbania y final en Verbier. Jornada marcada por las rampas finales, con una pendiente media de 7,6 por ciento de desnivel.
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