A sus 34 años, Basso se reivindica. “Sé que no es todavía el momento de mi funeral deportivo y realmente quiero responder en la carretera a aquellos que piensan que ha llegado mi hora. Vuelvo a pedalear porque sé que Ivan Basso aún tiene cartuchos por disparar, cosas que decir, carreras que ganar. Vuelvo a pedalear porque es mi trabajo, mi vida. Sé que no estoy solo. Y sé que no es el momento de dejar de soñar: una maglia nueva, de color rosa o amarillo, que dedicaré a todos los que siempre han estado ahí y siempre estarán”, explica en una carta escrita en su blog oficial.
Basso ha reflexionado y admite que no consiguió su meta en el Giro que no era otra que ganarlo. “Durante siete días, he preferido permanecer en silencio, refugiarme tras las paredes de mi casa y estar con mi esposa y mis hijos. Durante siete días he estado tranquilo y he pensado. No tengo ninguna intención de esconderme y menos aún de buscar excusas para justificar el hecho de que volví a casa sin el maillot rosa que yo esperaba”.
“Lo perdí porque otros fueron mejores que yo y el deporte me ha enseñado que aceptar la derrota es una prerrogativa de los grandes campeones. Extiendo la mano a los que me precedieron en la clasificación y me batieron y los felicito, al igual que otros me han felicitado cuando he ganado yo”, añade con deportividad. Un Giro no se gana o se pierde en un día. Tanto detrás de una victoria como de una derrota hay meses de preparación y formación, hay cientos de kilómetros y de trabajo duro. Luego se juega todo en tres semanas de riesgos, incertidumbre y detalles. Muchos sueñan con ganar, algunos están luchando hasta el final, sólo uno tiene éxito. Esta es la regla de este deporte que me encanta, esta es la regla de ciclismo”.
Y ha pensado en cuáles han podido ser los motivos de que su rendimiento no haya sido el esperado por todos. “En estos días de silencio he mirado hacia atrás. Pensé en cada entrenamiento, cada momento de la preparación que me llevó hasta el inicio del Giro, en cada detalle y en cada jornada particular. Pensé en ello porque trató aislar cada problema y entender las razones de esta derrota. Y me di cuenta de algo: tengo la conciencia tranquila porque he hecho todo lo posible para llegar a la carrera con las posibilidades de ganar. No tengo nada que reprocharme, y no me arrepiento, es una certeza y esta certeza en la que me ha dado la fuerza para volver al sillín y pensar en la próxima carrera”, asegura.
Pese a todo, espera volver a luchar por la maglia rosa. “He tratado de ganar el Giro y nunca he escondido mi ambición. Acepté un gran reto, difícil y ambicioso: ganar tres Giros de Italia después de treinta años. Yo acepté este reto enorme sin miedo. Y yo he perdido, pero ¿sabes qué? Este desafío lo mantengo. El año que viene voy a intentarlo de nuevo porque me di cuenta que me ha faltado muy poco para alcanzar un logro histórico: una pizca de condición en los últimos tres días de una carrera que había conducido perfecta”.
"No conozco otra manera de correr"
Y defiende su táctica en carrera, con el Liquigas-Cannondale siempre al frente e imponiendo un alto ritmo en la montaña. “Hemos recibido muchas críticas mis compañeros y yo, nos han acusado de trabajar muy duro en las primeras semanas, de perseguir un resultado que no ha llegado. Pero este es Ivan Basso, un corredor que se conoce y que ha aprendido a poner de relieve sus puntos fuertes y ocultar lo más posible los defectos. Siempre lo he hecho así, cuando he ganado, cuando he perdido”, se defiende.
“Y no conozco otra manera de correr, no sé otra manera de tratar de ganar. Mis fans lo saben y lo aprecian, mis compañeros han aceptado trabajar para mí y seguir mis” consejos. Sé que he tomado las decisiones correctas, y estas tres cosas son suficientes para mí, para seguir caminando y pedalear con la cabeza alta. Mis fans tienen derecho a estar decepcionados, mis compañeros para estar enojados”, admite.
“A los primeros les digo que en la próxima carrera me esperen, yo estaré allí, como siempre. A los segundos, decirles que Ivan Basso será el mejor gregario para cada uno de ellos cuando necesitan de mí para alcanzar sus metas, voy a ponerme a disposición para pagar por todo lo que has hecho por mí”, apostilla.
Su última reflexión es para los que le han acusado. “He escuchado, leído, escuchado muchas críticas. Acepto todas, desde la última hasta la primera porque me ayudarán crecer y mejorar más. Solamente, no acepto las críticas de aquellos que me señalaban con el dedo, aquellos que esperaban mi derrota para decir satisfechos "te lo dije", que tratan de dar rienda suelta a su frustración al acusar y atacar al corredor y al hombre Ivan Basso”, concluye.
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