Con ojos de mujer
Fabiola Borja Yáñez
Periodista
Al ciclista estadounidense Lance Armstrong parece que se le cae el mundo encima. Después de haber reconocido que se dopaba para ganar, fue suspendido de por vida y el déficit económico empieza a apretarle el cuello. Y así como ganó mucho dinero, éste podría irse como vino.
El periódico inglés Daily Mail informó el otro día que el petrolero y empresario tejano Al Koehler se ha convertido en el nuevo dueño de la propiedad y mansión que Armstrong poseía en Austin (Texas) y que fue puesta a la venta.
El valor de la propiedad y la mansión había sido puesto en 10 millones de dólares, según datos de bienes raíces.
Koehler, fundador de la compañía Royalty Clearinghouse, que se mueve en el sector del petróleo, gas y la minería, envió un correo electrónico al diario American-Statesman, de Austin, en el que asegura, sin embargo, que el dinero que pagó está lejos del precio de los 10 millones de dólares.
MALOS DÍAS PARA EL CICLISTA
La venta de la propiedad es el comienzo de los graves problemas económicos con los que se va a encontrar Armstrong después de haber admitido que se dopó de forma sistemática durante su participación en los siete Tours de Francia que ganó y de los que ya ha sido desposeído.
Armstrong compró la propiedad en 2004, la cual ha sido renovada durante varios años con importantes sumas de dinero que invirtió el ex ciclista.
Se cree que el dinero que reciba Armstrong por la venta de la propiedad será utilizado para hacer frente al pago de los honorarios de los abogados que llevan las demandas legales que ya están presentadas en su contra por un ex patrocinador, una aseguradora y un ex compañero, además de un periódico inglés.
Se estima de manera conservadora que la fortuna de Armstrong podría llegar a los 60 millones de dólares, pero si la demanda federal que su ex patrocinador U.S. Postal prospera, tendría que pagarle al gobierno estadounidense tres veces los 30 millones que recibió cuando formaba parte del equipo.
MÁS RECLAMOS
Mientras que la compañía de Dallas Insurer SCA Promotions, que le pagó a Armstrong 10 millones de dólares en bonificaciones por haber ganado los Tours de Francia, ahora le reclama la devolución del monto y dos más en daños.
El abogado de Armstrong que lleva el caso ha solicitado a una corte estatal de distrito en Dallas que rechace la demanda.
Su ex compañero de equipo, Floyd Landis, que fue despojado de sus propios trofeos del Tour de Francia, incluido un título de campeón, tras dar positivo por uso de testosterona sintética, presentó una demanda de “denuncia” y trata de recibir daños y perjuicios como informante si se resuelve que, efectivamente, Armstrong defraudó al Gobierno federal.
A pesar de haber vendido su propiedad, un portavoz de Armstrong dijo que el ex ciclista continuará viviendo en Austin, aunque no especificó dónde residirá de manera permanente, pero sí se conoce que será su centro desde donde hará frente a todo los graves problemas legales que se le avecinan.
“No quiero acusar a nadie más. Sólo estoy aquí para reconocer lo que hice y pedir perdón.
Yo no inventé la cultura del dopaje, pero tampoco traté de detenerla. Hoy el deporte lo paga.
Lance Armstrong/ Ex ciclista
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