El galo, que nació en Amiens tres años antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, logró su gesta en el velódromo de Saint Quentin en Yvelines, a las afueras de París.
En medio de una gran expectación mediática, el anciano mejoró la marca que el mismo tenía, 24 kilómetros y 251 metros, establecida hace dos años en Suiza.
Visiblemente fatigado, Marchand abandonó el cronómetro para pasar el pertinente control antidopaje, puesto que su plusmarca está homologada por la Unión Ciclista Internacional (UCI).
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