Cumplir con este desafío demanda gran esfuerzo físico a los deportistas, ya que deberán transitar por un camino angosto con profundos precipicios, lo cual exige más de cuatro horas a un competidor de élite y hasta 12 a los aficionados.
“Empezamos en Yolosa, a unos 1. 200 msnm y llegamos a unos 4. 800 msnm en la Cumbre. Las inclemencias del tiempo y presión atmosférica también influyen”, manifestó César Salamanca, miembro de la organización.
La primera parte del recorrido es de tierra y se inicia en suelo tropical. Mientras que el segundo tramo se efectúa sobre asfalto y en medio de bajas temperaturas, ya que el territorio está compuesto por montañas nevadas de la Cordillerra de Los Andes.
“Uno debe tener mucha fuerza de voluntad para terminar los últimos ocho kilómetros. En la localidad de Pongo comienzan los calambres y hasta se te abre el apetito, pero con pasión todo se puede”, relató una de las fundadoras de la prueba, Mirtha Muñoz.
El evento además servirá para que un equipo de especialistas realice estudios médicos con el fin de mostrar que la práctica del deporte en altura es beneficiosa en variedad de aspectos.
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