Armstrong, en la segunda parte de la entrevista que concedió a la periodista Oprah Winfrey, y que fue emitida esta noche, negó por tres veces la versión de la Usada que un representante suyo hubiese intentado dar una donación para comprar su silencio.
Winfrey le preguntó a Armstrong acerca de una entrevista en la que el director ejecutivo de la Usada, Travis Tygart, dijo que un representante del ciclista había ofrecido una donación que la agencia rechazó. "¿Estabas tratando de pagar a la Usada?", le preguntó Winfrey.
Armstrong, de forma enérgica y sin dilación, respondió con un categórico: "No, eso no es cierto", y repitió: "Eso no es verdad".
Winfrey le volvió a hacer la misma pregunta tres veces más, en diferentes formas y en todas Armstrong también lo negó con un "eso no es verdad", insistió.
En la primera parte de la entrevista, Armstrong ya había negado la versión de la Usada en la que se le acusa que cuando volvió a competir en el 2009 y 2010 también se había dopado.
Armstrong, durante la segunda parte de la entrevista, recuperó de nuevo esa acusación para negarla cuando habló de los efectos negativos que había tenido para su familia todo el asunto del dopaje y la suspensión de por vida.
Winfrey le preguntó a Armstrong sobre su exesposa, Kristin, quien afirmó que sabía lo suficiente sobre el dopaje y todas las mentiras en las que estaba envuelto.
Armstrong admitió que gracias a Kristin, a sus ruegos y a las peticiones que le hizo de que se apartase de todo eso fue lo que le hizo volver limpio a la competición porque se lo había prometido.
"Ella me dijo: 'Tú puedes hacerlo con una condición: que nunca vuelvas a cruzar de nuevo la línea del dopaje", recordó Armstrong.
Winfrey le aclaró si se estaba refiriendo a la línea de las sustancias prohibidas.
"Sí. Y le dije que ese era el trato", respondió Armstrong. "Y yo nunca habría traicionado esa promesa que le hice".
Al margen del momento emotivo que protagonizó Armstrong cuando habla de la charla que tuvo con su hijo Luke, de 13 años, para decirle la verdad del dopaje, la segunda parte de la entrevista con Winfrey estuvo más centrada en los efectos personales y económicos que está sufriendo tras la suspensión de por vida que le impuso la Usada y sobre su futuro como deportista.
Armstrong también mostró cierto grado de contrición y dijo que estaba "profundamente arrepentido" por lo que hizo. "Perdí el rumbo", admitió. "El peor delito fue traicionar a quienes me apoyaron y creyeron en mí".
Entre ellos sus propios hijos a los que tuvo que decirles la verdad, en uno de los momentos más "difíciles" que le tocó vivir en lo que Armstrong ya consideraba como un "proceso" en el que también dio a conocer que estaba recibiendo terapia profesional para superar todo los efectos que le están dejando la confesión.
"Al margen de que sé que tengo que pedir perdón personalmente a muchas personas -nombró a excompañeros, principalmente-, tengo remordimientos y los seguiré teniendo en el futuro", reconoció Armstrong. "No estoy bien, pero no es lo peor de mi vida, dado que lo peor fue cuando me diagnosticaron cáncer".
Armstrong también matizó sobre el castigo que se le ha impuesto y dijo que se lo merecía, pero no estaba seguro que el mismo fuese el de la "pena de muerte".
El exciclista tejano reconoció lo doloroso que fue tener que dejar su fundación contra el cáncer "Livestrong", que el mismo estableció y que ayudó a recaudar 500 millones de dólares.
"Livestrong era como mi sexto hijo y tomar esa decisión fue difícil. No diría que me forzaron a irme, pero me lo sugirieron. Era lo mejor, pero me dolió muchísimo", destacó. "Espero que pueda sobrevivir sin mi presencia".
De las consecuencias económicas, Armstrong también reconoció que en solo dos días perdió el apoyo de los patrocinadores y con ellos 75 millones de dólares que nunca más recuperará.
Pero reiteró que siempre ha sido un optimista, que nunca mira para atrás y siempre piensa en el futuro, en el que le gustaría volver algún día a la competición deportiva.
Pese al descrédito que las acusaciones de dopaje han supuesto para su figura, Armstrong ha admitido que le gustaría volver a competir, aunque es consciente de que nunca podrá hacerlo en el deporte del ciclismo, que tanto "ama".
"Quiero volver a competir", señaló Armstrong. "No en el Tour de Francia, pero hay un montón de cosas que podría hacer si tuviera la posibilidad", agregó.
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