lunes, 24 de septiembre de 2018

Blindar la vida de 1.400 ciclistas, “que sea ley”

En abril de 2010, al calor del fallecimiento del pedalista potosino Milton Clares, quien murió al estrellarse en una curva en pleno Nacional de Ruta, la exigencia sonora del universo ciclístico iba al unísono y en la misma dirección: que el entonces Viceministerio de Deportes viabilizara la contratación de un seguro de vida. La tragedia del muchacho, que no pasaba los 21 años, había golpeado muy duro.

De aquella fecha a la actualidad (pasaron ocho años), la exigencia surtió nulo efecto. Los accidentes y lamentos de decesos continuaron suscitándose de manera, a veces, demasiado silenciosa. Sin ir más lejos, en 2015, el también occidental Ariel Chamaquito Cárdenas quedó en silla de ruedas. Fue impactado en un entrenamiento, precisamente cuando se preparaba para encarar la tercera fase de los Juegos Plurinacionales de Tarija. Apenas tenía 17 años.

Si en este apartado hubiera espacio suficiente para enumerar la cantidad de ejemplos que el ambiente del ciclismo no quiere recordar, con certeza, la lista sería extensa.

La necesidad de “blindar la vida” se volvió “urgencia”, por lo que la Federación Boliviana de Ciclismo (FBC) trabaja para que exista una “ley nacional” mediante la que se respete la integridad física de los 1.400 pedalistas nacionales registrados en la Unión Ciclística Internacional (UCI). Además pondrá en marcha un reglamento interno, desde el 1 de enero de 2019, para que los competidores de todas las categorías (niños, élites y masters) cuenten con seguros.

La presidenta de la FBC, Sonia Ramos, detalla que como consecuencia del infortunio de Cárdenas, en Potosí, la Asociación Departamental había iniciado un “proyecto de ley” junto a la senadora Sonia Chiri para resguardar la vida de los deportistas.

Sin embargo, la iniciativa quedó estancada y las gestiones recomenzaron ahora. “Hemos vuelto a tener acercamiento con la senadora. Vamos a amplificar esto con congresistas, asambleistas, diputados y senadores para que sea una ley nacional de respeto al ciclista”.

METRO Y MEDIO “Copiar” lo que acontece en España, por ejemplo, es el fin del ente federativo. En el país europeo rige la norma Metro y medio, que consiste en la separación obligatoria de 150 centímetros entre el deportista y el motorizado en la ruta.

Promover la “cultura” del respeto a la integridad física es el objetivo, que será socializado en municipios, departamentos, redes sociales y campañas viales.

SIN CONCESIONES El seguro, la suerte de requisito elemental para inscribirse en los torneos, estuvo vigente en gestiones pasadas, pero la medida fue levantada debido a la disminución de participantes que traía consigo, de acuerdo con el relato del extitular de la Asociación Departamental de Oruro, Cristóbal Bustos.

“Mantuvimos eso por tres años. No se pudo más. De pronto tuvimos campeonatos con tres o cuatro ciclistas. El dirigente se siente mal. Ahora firman un documentito mediante el que se responsabilizan ellos mismos”, completa Bustos, a sabiendas de que sus datos son impactantes. “Ingrato es este deporte”.

Ramos es consciente de que conseguir que todos los pedalistas bolivianos cuenten con seguros es una tarea ardua, pues muchos viven en el campo y/o no poseen recursos económicos. No obstante, aclara que para que cada deportista pueda competir, desde enero próximo deberá presentar una constancia de su seguro en las contiendas de todas las especialidades (ruta, bicimontaña y pista).

En el congreso de noviembre, la Federación barajará opciones de empresas para “sugerir” qué alternativas considera más satisfactorias, aunque cada atleta es libre de escoger la que desee. De hecho, varios de ellos ya contrataron a determinadas compañías. Es el caso de la aiquileña Yeneth Amurrio y el tarateño Gilver Zurita (élite), quienes durante la gestión de Edgar Herrera contaron con Bisa Seguros.

Ahora, ninguno de ellos está “amparado” por alguna empresa. “Si no me equivoco, pagábamos 150 bolivianos por año. Gilver se accidentó y lo atendieron. Sales a la carretera y no sabes qué te puede pasar”.

OPCIONES En Sucre, la firma que accedió a trabajar con los ciclistas fue Nacional Vida, que, según los datos proporcionados, cobra 174 bolivianos por año y, en caso de accidente, otorga 1.000 dólares (6.960 bolivianos), mientras que brinda 5.000 (34.800 bolivianos) si el pedalista se ve afectado en algún miembro o fallece. Ramos dijo que, en Cochabamba, una de las opciones es Ciacruz. “Nos han ofertado con 150 bolivianos por pago mensual. Tiene cobertura de 800 dolares (5.568 bolivianos) y 4.000 (27.840 bolivianos) en caso de fallecimiento.

Lograr una aproximación con Vitalicia es el siguiente paso.

Según averiguaciones a grosso modo, Fortaleza también muestra predisposición para crear alianzas con el universo del pedal, aunque primero deberán existir cotizaciones. La firma prefirió no aventurarse a hablar de cifras y paquetes. Los brindará durante la semana, de manera precisa.

MUCHOS VELORIOS Bustos, quien además de tener pasado como ciclista y dirigente es papá de Dharlyn (la pedalista que fue impactada por un auto cuando entrenaba de cara a los Suramericanos de mayo pasado), considera que el Ministerio de Deportes debe encargarse de gestionar seguros.

Durante los 39 años de trayectoria encima de la bici, el orureño fue “testigo” de varias muertes. “Asistí a muchos velorios de ciclistas. Vi cómo se han roto la clavícula y la espalda. Es ingrato”.

8 por ciento

En el Nacional Sub 13 y 15 que concluyó ayer, en Potosí, solo el 8 por ciento de 100 participantes cuenta con seguro, según datos de la Federación.



No hay comentarios:

Publicar un comentario