Gaviria, de 22 años, a quien no le agrada su apodo de Misil por la connotación bélica, se lanzó como un cohete en la recta de meta de la ciudad siciliana de Mesina para levantar de nuevo los brazos y dedicar otra tarde de gloria.
Con orgullo, sus padres y hermana, también ciclista, vieron cómo Fernando volaba en un esprint muy disputado para imponerse al italiano Jakub Mareczko (Wilier) y al irlandés Sam Bennett (Bora). Su gran rival, el alemán André Greipel (Lotto Soudal), fue cuarto.
La sexta victoria para el corredor de Antioquía, otra más para el Quick Step, que sigue de fiesta en el Giro. Acaparan el podio los del equipo belga. Gaviria baja del podio tras descorchar el champagne de la etapa y le pasa el relevo a Bob Jungels.
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