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domingo, 6 de octubre de 2013

Un ascenso que vence a la altura



La prueba ciclística Yolosa la Cumbre, también conocida como el Ascenso al Cielo por el Camino de la Muerte, que en su octava versión se correrá el próximo sábado, demuestra cada año —según estudios médicos— que se puede realizar deporte en altura a pesar de la gran exigencia física que llevan a cabo los participantes.

Los Huanca, el grupo que se encarga de organizar la competencia, se ha ocupado en los últimos años por llegar a esa conclusión de manera científica.

El grupo nació gracias a la unión de ciclistas amateurs que empezaron a desarrollar la actividad en forma esporádica y simplemente efectuaban prácticas los fines de semana, hasta consolidar un ciclismo más competitivo que el amateur, aunque sin llegar a un nivel profesional, de acuerdo con el doctor Nataniel Claros, uno de los casi 250 integrantes con los que cuenta la entidad en este momento.

Dura. El ascenso Yolosa la Cumbre se constituye en la prueba de ciclismo más exigente del país, sin embargo, no está inscrita dentro del calendario de la Federación Boliviana de Ciclismo ni de la Asociación Departamental de La Paz; pero que con el transcurrir del tiempo ha llegado a adquirir relevancia internacional.

Claros, encargado del Comité Médico de Los Huanca, revela el porqué se constituye en una competencia de extrema exigencia. “Empezamos a 1.229 metros sobre el nivel del mar en Yolosa, y subimos 3.428 metros hasta alcanzar los 4.657 msnm en la Cumbre, en una distancia de solamente 63 kilómetros”. Además se desarrolla en un primer tramo de tierra de aproximadamente 31 kilómetros de Yolosa a Chuspipata, y en un segundo de asfalto de Chuspipata a la Cumbre.

También los cambios de clima y temperatura son frecuentes, pues “arrancamos en el tropical pueblo de Yolosa y se pasan por diversos pisos climáticos hasta llegar al paso de la Cumbre, entre las montañas nevadas de la Cordillera Real de los Andes”.

Después de las primeras versiones donde el aspecto deportivo era el más importante, a partir de 2011 Los Huanca también hicieron un aporte científico a través de estudios médicos, hechos con los mismos competidores antes y después de las competencias, que han demostrado que “el deporte en altura es perfectamente factible”, no obstante del trabajo físico que se debe ejecutar para poder culminar el ascenso.

Claros, sin embargo, apuntó que las personas que toman parte de la competencia son gente que “estamos en permanente entrenamiento en bicicleta, no es cualquier sujeto que de repente se le ocurre subir Yolosa la Cumbre y agarra su bicicleta”.

Los estudios, según Claros, se han hecho con la intención de “apoyar a nuestro país en base al concepto de la defensa del deporte en la altura”.

En ese sentido “se han realizado dos aportes a la literatura internacional”, sobre el tema. El primero Cambios bioquímicos hemodinámicos y pulmonares asociados a la adaptación de un ascenso constante de 3.428 metros en bicicleta; y, el segundo, Comportamiento de las encimas musculares séricas asociadas al ascenso de 3.428 metros.

Un tercer estudio se efectuará en la próxima competencia, en la que “se analizará el comportamiento de una proteína que se llama mioglobina, que es la transportadora de oxígeno dentro la célula, en personas que se entrenan en la altura y los que se entrenan en la costa”.

El médico anticipó que una vez que se tengan los resultados de los nuevos estudios “los tres trabajos van a ser mandados al Comité Olímpico Boliviano (COB) en el entendido de poder ayudar en algo a la defensa del deporte en altura”.

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