martes, 29 de enero de 2013

LANCE ARMSTRONG “Me dopé por arrogancia”

Nunca en la historia del deporte una confesión de uno de sus campeones resultó tan desgarradora, contundente y brutal. Lance Armstrong, el ídolo caido que se arrastra ahora por el fango del descrédito, confesó en una magnífica entrevista con Oprah Winfrey sus años de dopaje para dominar el ciclismo y el Tour de Francia. Usaba EPO, transfusiones y testosterona, nada nuevo bajo el sol. Armstrong asumió su culpa, no señaló a nadie y aseguró que “se merece lo que le pasa”.

“Es demasiado tarde. Lo veo como una gran mentira que repetí muchas veces. Me dopaba por el afán de ganar a cualquier precio”. Armstrong era un reloj de precisión sobre la bicicleta y un personaje fuera de ella.

Ante Oprah Winfrey desmontó su imperio. Y lo hizo sin pelos en la lengua. Un titular en cada respuesta. “Es imposible ganar siete Tours de Francia si no se hubiese dopado”. “Sólo intentaba perpetuar la historia. En mi opinion (doparme) era parte de mi trabajo”.

Los argumentos de su confesión residieron en la idiosincrasia del ciclismo. Vino a decirme que era así. “Yo no inventé esta cultura. No quiero culpar a nadie, yo tomaba mis propias decisiones. Lo siento. No tuve más acceso que los otros”.

Armstrong dijo que “llevaría mucho tiempo explicar por qué entras en dopaje o cómo se hace. Es muy simple. Tomas drogas para aumentar el nivel de oxígeno en la sangre, son sustancias beneficiosas para el ciclismo y el atletismo, es lo único que necesitabamos. Yo sólo usé epo, transfusiones y testosterona. Y no tengo excusas”.

Uno de los puntos más llamativos fue su sensación de no estar haciendo nada malo: “no sentía que estaba haciendo trampas. En ese momento no. Busque en el diccionario la definicion de trampa, que era tomar ventaja sobre un enemigo. No lo sentía. Todos jugábamos igual”.

El texano aseguró que no tenía miedo a dar positivo, ya que durante el Tour corría limpio. Las transfusiones se realizan en los días de descanso y en los controles las sustancias no se detectan: “no tenía miedo a que me descubrieran. No venían a tu casa, sino a las carreras. Ahora el sistema ha cambiado. Hacen los controles fuera de competición. No hubo tanto de eso. Las cosas han cambiado”.

Armstrong se sometió a una terapia frente a una magnífica Oprah Winfrey. Admitió su fama de arrogante, prepotente y capullo, y dijo sentir haberse comportado con esa actitud tan desafiante. Fue un Armstrong medio desconocido, firme, pero arrodillado ante la opinión pública. Ya sé que la gente no me va a creer, pero me gustaría pedir disculpas a tanta gente a la que hice daño”.

En la parte final de la entrevista, aseguró estar dispuesto a acudir a una comisión para limpiar el ciclismo. “Seré el primero en ir si me invitan”.

NO MÁS DOPAJE

Sin embargo, a pesar de la demoledora confesión negó haber consumido sustancias prohibidas en su regreso a la más alta competición entre 2009 y 2010, “me entristece que digan que me dopé en 2009, porque no es verdad. No me he dopado a partir de 2005. Totalmente, absolutamente falso”.

Hay que recordar que el ciclista norteamericano consiguió alzarse con el tercer puesto del Tour de 2009, solo superado por el español Alberto Contador y el luxemburgués Andy Schleck.

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