miércoles, 7 de noviembre de 2012

Basualdo concluyó la etapa de ayer con el tabique roto

Richard Basualdo nunca se dio por vencido. Como todos los ciclistas, luchó contra la lluvia y el tráfico vehicular en la carretera. E incluso una caída que le ocasionó una fractura del tabique no impidieron que lograra su objetivo, terminar la quinta etapa de la Vuelta a Bolivia.

Se recorría el kilómetro 117, aproximadamente, y los ciclistas estaban en la población de Entre Ríos, cerca de la terminal. La Policía no podía controlar el tráfico vehicular y llegó el pelotón de deportistas, entre ellos Basualdo, integrante de la Selección nacional, quien se cayó al no poder evitar un rompemuelles.

La reacción de la gente no se dejó esperar. Unos ayudaron y otros sólo se acercaron por curiosidad, pero pronto llegó la ambulancia para atenderlo.

“Venía rápido y no pudo esquivar el rompemuelles y alto ha volado, nadie tenía la culpa”, explicó un espectador.

El pedalista de la Selección nacional tenía roto el uniforme y las rodillas rasponeadas, parecía inconsciente, pero no fue así. La doctora María Eugenia Limachi fue quien lo atendió y enderezó el tabique nasal y tapó sus fosas para evitar el sangrado.

Eduardo Pérez Iribarne, director de Fides, que organiza la competencia, detuvo también su vehículo por el sector, se tomó la cabeza como buscando una explicación a lo ocurrido, mientras esperaba un informe médico.

La caravana tuvo que seguir el recorrido. Muchos pensaron que el ciclista abandonaría la jornada y que lo trasladarían a la meta en el vehículo de auxilio, pero sorprendió con su ingreso en la meta. Fue el último en la clasificación de la jornada, arribó a 52 minutos y un segundo del vencedor, pero luchó hasta el final.

“Los comisarios querían recogerlo en el bus escoba, pero cuando iban a buscarlo lo encontraron a tres kilómetros de la meta, por ello se le permitió llegar”, afirmó el director de la competencia, Aníbal Mollinedo.


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