lunes, 21 de mayo de 2012

CICLISMO GIRO Purito ante el examen final en una semana de alta montaña

El español Joaquim "Purito" Rodríguez afronta la semana decisiva del Giro de Italia con una ventaja en torno al minuto y medio respecto a sus rivales directos, lo que le otorga, a falta de tres temibles etapas de alta montaña y la última cronometrada de Milán, la condición de favorito.

Una oportunidad única para el ciclista catalán, quien a los 33 años puede alcanzar el sueño de su vida ganando una de las grandes por etapas. Antes gregario en varios equipos, donde siempre trabajó para otros líderes, puede vivir su momento de gloria al frente del Katusha, donde el jefe es él.

Para alcanzar el objetivo hay que superar aún una semana dura, con puertos temibles, especialmente la etapa del Stelvio, que se disputa el sábado, la víspera de la clausura. La renta de Purito no es definitiva, pero entre los favoritos ha demostrado ser el mejor.

Así, el maillot rosa del Giro aventaja en 30 segundos al canadiense Ryder Hesjedal, en 1:22 minutos al primer gran rival, el italiano Ivan Basso, 1:27 al checo Roman Kreuziger, quien mantiene lucha interna en el Astana con el italiano Paolo Tiralongo, y 1:36 sobre Michele Scarponi, el pasado vencedor tras la descalificación de Alberto Contador.

Diferencias apretadas para el recorrido que espera, donde otro español, Beñat Intxausti (Movistar), busca desde la séptima plaza, a 1:42, dar el salto de calidad que apunta desde hace un par de temporadas. La pelea se anuncia en una batalla de fondo en la que Purito apunta alto, con la moral a tope y un equipo que le responde, donde destacan Alberto Losada y Dani Moreno.

La semana decisiva empieza con el trayecto entre Limone sul Garda y Pfalzen, de 173 Kms, jornada de media montaña con alicientes al final, pero la carrera rosa se puede empezar a decidir a partir del miércoles, que será cuando los grandes puertos de montaña pongan a cada uno en su sitio.

Entre Falzes y Cortina d'Ampezzo esperan cuatro puertos repartidos en 186 Kilómetros, con el Passo Giau como punto estelar.
Antes, las fuerzas se pondrán a prueba con las ascensiones al Passo Duran y Forcela Staulanza.

El Giau, con sus 9,9 kilómetros al 9,3 por ciento de pendiente media y 14 de máxima, será el primer juez del Giro. Un puerto exigente, tanto de subida como de bajada, donde Alberto Contador pasó serios apuros en el Giro 2008.

El jueves habrá respiro entre San Vito de Cadore y Vedelago, con un recorrido llano de 149 Kilómetros, última ocasión para el lucimiento de los esprinters, que sufrirán lo indecible hasta Milán, porque las siguientes etapas son para escaladores puros.

La traca final se enciende el viernes. Treviso-Alpe di Pampeago, 198 Kilómetros trufados con cinco puertos. Del llano a las alturas.

Los corredores calentarán motores con un puerto de tercera, el Sella di Roa (7 Km al 6,5%), que pasará el testigo al Passo Manghen, interminable, con 20 kilómetros de ascenso al 7,4 por ciento. A continuación el inédito Passo di Pampeago, que eleva el porcentaje al 9,7 por ciento. Aún quedarán dos dificultades, el Passo Lavaze, de segunda y el Alpe di Pampeago, que conduce a la meta después de superar rampas de hasta el 16 por ciento.

Para rematar la semana de montaña, el sábado la cima del Stelvio recibe al pelotón, dispuesto a designar al vencedor final, si es que las etapas anteriores no han definido ya la foto del podio. Otros cinco puertos en jornada larga, de 219 kilómetros.

Como aperitivo el Passo Tonale y el Passo di Aprica, luego un tercera, el Teglio, para afrontar el mítico Mortirolo, que se afrontará por una nueva vertiente. Será el puerto más duro del Giro en cuanto a porcentaje medio, 10,5 por ciento y máximo, del 22.

Con cerca de 200 kilómetros en las piernas restará la subida al Stelvio, una interminable subida, inédita por esa vertiente, de 22,4 kilómetros al 6,9 por ciento de media y 12 de máxima. Será el último esfuerzo y última oportunidad para los favoritos, sobre todo para los que no se quieran jugar el título en la cronometrada final de Milán.

Serán 31,5 kilómetros de lucha individual contra el cronómetro.

De ahí saldrá el corredor que se enfunde la maglia rosa de vencedor, del más completo y fuerte, después de una semana de máxima exigencia.

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